No es fácil incentivar a un grupo de personas para que trabajen en equipo. Las barreras abundan bajo la forma de una defensa feroz del territorio de cada uno; los sistemas de premios que recompensan los logros individuales más que los colectivos; y la desconfianza.
¿Cómo superar esos obstáculos? La respuesta de los consultores Patrick McKenna y David Maister, autores de First Among Equals: How to Manage a Group of Professionals (Free Press, 2002) es la siguiente: presentarles un desafío irresistible.
Los desafíos grupales son múltiples, van desde los proyectos de alto perfil y las cruzadas para mejorar los procesos, hasta un enemigo a destruir o la oportunidad de convertirse en un ganador a pesar de las dificultades.
Los desafíos grupales son múltiples, van desde los proyectos de alto perfil y las cruzadas para mejorar los procesos, hasta un enemigo a destruir o la oportunidad de convertirse en un ganador a pesar de las dificultades.
Los gerentes efectivos implementan las siguientes tácticas:
1. Compartir tanta información como sea posible acerca de las razones que explican por qué el esfuerzo grupal es importante para la compañía.
2. Dirigir en la medida justa: invite a los miembros de los equipos a compartir sus ideas para superar los desafíos.
3. Estirar las capacidades de la gente: una manera de involucrar a la gente en los desafíos es darles la oportunidad de poner en práctica habilidades que normalmente no utilizan en su trabajo cotidiano.
4. Crear un desafío divertido y visible, convertirlo en un disparador de acciones: para que la colaboración gane impulso, inyéctele una cuota de diversión al desafío de su equipo.
5. Ayudar a la gente a sentir el desafío: que le permitan a su equipo experimentarlo.
1. Compartir tanta información como sea posible acerca de las razones que explican por qué el esfuerzo grupal es importante para la compañía.
2. Dirigir en la medida justa: invite a los miembros de los equipos a compartir sus ideas para superar los desafíos.
3. Estirar las capacidades de la gente: una manera de involucrar a la gente en los desafíos es darles la oportunidad de poner en práctica habilidades que normalmente no utilizan en su trabajo cotidiano.
4. Crear un desafío divertido y visible, convertirlo en un disparador de acciones: para que la colaboración gane impulso, inyéctele una cuota de diversión al desafío de su equipo.
5. Ayudar a la gente a sentir el desafío: que le permitan a su equipo experimentarlo.
Considere las tácticas que usaron los ejecutivos de la división Saturn, de General Motors. GM diseñó un curso de capacitación sobre los valores centrales en el que cada equipo fabricaba una bicicleta, con vistas a aprender cómo trabajar bien en grupo.
Luego los grupos debían diseñar una experiencia de entrega que sorprendiera y deleitara al nuevo usuario de una bicicleta.
Cuando estuvieron listos, los encargados de dirigir y coordinar el ejercicio trajeron niños para que recibieran las bicicletas.
Los equipos no sólo sorprendieron y entretuvieron a los chicos, sino que experimentaron ellos mismos esos sentimientos, dijo Chris Bower, gerente de estrategia minorista y experiencia del cliente de Saturn.
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